Enfrentando mis miedos!
Hola Quanticas!
Si, tengo muy abandonado el blog, por facebook trato de dejarles tips y algunas ideas de prendas básicas y otras con prendas de moda, pero sé que no es suficiente; sucede que en 2 semanas viajaré a un lugar muy muy lejano que a les contaré, y estaré fuera por un mes, nunca he estado tanto tiempo de viaje y sin mi familia; entonces me toca dejar muchas cosas en orden, coordinaciones de casa, trámites y como me voy con mi papá, lo estoy acompañando a chequeos médicos previos y necesarios para que pueda viajar tranquilo.
Estuve una semana entera con faringitis y eso me retrasó con algunas cosas, incluyendo mis clases de natación...¿¿¿???...pues si, y de eso se trata este post, por qué quiero hablarles de eso?...porque es un temor, una fobia con el cual he vivido desde los 12 años, miedo al mar, a ahogarme y por lo tanto nunca aprendí a nadar.
A los 12 años el mar casi me lleva a la otra vida, fue un momento muy intenso para mi que me dejó un gran temor A AHOGARME!; muchas personas dicen que hay que tenerle respeto al mar, pues yo no le tengo respeto, LE TENGO PAVOR!!!, el temor a ahogarme me alejó incluso de las piscinas, es que era una cosa que iba entrando a la piscina y cuando el agua me iba llegando al pecho, me faltaba el aire, era una sensación que no podía explicar, hasta que alguien me habló de la "Aquafobia" y entendí que la única manera de superarlo, era enfrentándolo; pueden leer AQUI, el concepto, el por qué y las características de las personas que padecemos esto.
Siempre pensé que algún día le pondría check a esto, que algún día me atrevería, pero la de siempre: no tengo tiempo, el cabello se me va a maltratar, etc...puro pretexto. Este año que decidí darme un descanso, era también para ponerle de una vez por todas, un check a todo eso que tengo pendiente desde hace mucho y por supuesto lo primero en la lista era aprender a nadar, era tiempo de vencer ese temor.
No crean que fue fácil, para empezar me daba mucha vergüenza ir a una piscina tan grande recién a aprender, pues nada, un día me levanté y sin decirle a nadie en casa, metí en una maleta toalla, ropa de baño, sandalias y me fui a una escuela de natación que está cerca a mi casa. Me inscribí, pregunté si en ese mismo momento podía empezar y me dijeron que si.
Antes de ingresar a la piscina, hablé con el instructor y le conté mi caso, muy amable el señor me dijo: no te preocupes, VAMOS a vencer ese miedo; por alguna razón ese "vamos" me dio confianza y seguridad de que estaba en buenas manos y así ha sido.
Fue realmente todo un reto, siquiera meter la cabeza en el agua, pues nunca lo había hecho, cuando me dio esa indicación y de cómo debía respirar, me ataqué de nervios; mi cuerpo estaba tan duro, tan tenso, que me era imposible poder flotar aún agarrada del borde, era frustrante!!!, pero no me dejaría vencer tan fácilmente. Una vez que pude dominar eso, el instructor me dio 2 tablas para nadar, éstas de material especial para flotar; una para cada brazo y dándome las instrucciones del caso, me dijo: hora de avanzar...en la primera clase...es que yo me imagino la expresión de terror de mi rostro...yo?...flotar?...pero nunca lo he hecho!!!...pero me lancé con mucho temor y entonces descubrí lo fácil y divertido que era flotar, aún con movimientos torpes.
La tercera indicación de la primera clase, avanzar con una sola tabla de nado y aunque con temor aún, lo hice y me sentí mucho más segura con una sola tabla...y cómo puede ser esto posible si llegué hace 40 minutos con un temor que no podía más???!!!...al final de la clase el instructor me dio la respuesta: "te olvidaste del mundo y te concentraste en tu trabajo, en vencer tu miedo"; y si, no tuve vergüenza que otros me miraran, que dijeran "tan viejonaza y no sabe nadar", no me importó que en los otros carriles de la piscina habían personas que nadaban muy bien, sólo me concentré en mi y en dominar mi miedo.
Un par de clases más adelante, ahora pues....suelta la tablita y nada sola, sin soporte, sin apoyo...Doris, es ahora o nunca y simplemente me lancé, de inmediato sentí una libertad y orgullo de mis progresos, mientras avanzaba pensaba que ya quería contárselo a mi familia, sentía mucha alegría....hasta queeee....se me acabó el aire y tenía que pararme para tomar más aire...al no tener la tabla de nado, me entró la desesperación y me hundí, tragué mucha agua y el temor nuevamente se apoderó de mi, no podía pararme; lo peor que hice fue desesperarme por tratar de llegar al borde o agarrarme de algo, me asusté muchísimo y cuando por fin pude pararme (luego de hacer el ridículo) mi cuerpo empezó a temblar, aún así lo intenté unas 3 veces más y las 3 veces lo mismo.
Me apoyé sobre el borde de la piscina, con el cuerpo temblando y apunto de llorar, si, no exagero, a punto de llorar de la frustración y me di cuenta que el miedo que tenía era mucho más grande lo que yo pensaba; a punto de tirar la toalla, pensando que nunca lo lograría, el instructor me dijo que cogiera nuevamente la tabla de nado y siguiera avanzando como antes, que no me dejara vencer, que recuperara la confianza, que no me fuera así de la clase....lo intenté, pero ya no podía, mi cuerpo temblaba demasiado y ya no tenía estabilidad.
De regreso a casa ese día, en el camino pensaba en dejarlo, que no era para mi....ya está, lo intenté pero es más fuerte que yo...pero también pensaba: no, no puede ser más fuerte que yo, tengo que vencer si o si ese temor; todo el camino era una revuelto de ideas en mi cabeza. Al día siguiente, se acercaba la hora de alistarme para ir a la clase...Oh mi Dios!, tengo que hacerlo, tengo que hacerlo, no puedo desistir; mientras más lo pensaba, más temor sentía...así que no!, me paré de la cama en una y me fui. Todo el camino fui dándome ánimos y valor para intentarlo nuevamente, pero la verdad?....me sentía muy, muy nerviosa.
Ni bien llegué le comenté al instructor que estaba muy nerviosa y que me sentía muy frustrada por la clase anterior, me hizo coger mi tablita y nadar ida y vuelta 2 veces para soltarme, para botar los nervios; luego de eso, me enseñó a bracear pero con la tabla, me dijo que eso me daría confianza para ir soltándola...y así fue, con cada braceada me sentía más segura de que podía dejarla porque al tenerla con una sola mano, me di cuenta que estaba flotando prácticamente sola y me solté y es que esa clase fue lo máximo, mientras más lograba, la sonrisa se me hacía más grande y me fui tan feliz a casa, feliz de haberlo logrado, feliz de no haberme rendido, feliz de haber podido vencer ese temor.
Aún no nado perfecto, de vez en cuando todavía pierdo el equilibrio y me hundo, pero ahora me río de ello, ya no me desespero. Definitivamente fue muy importante tener el instructor que tengo, el Sr. Guillermo, Don Guille como le decimos todos, me ha tenido mucha paciencia, me anima constantemente y aunque mis movimientos sean torpes él siempre me dirá: Bien, vas bien, ya lo estás logrando, no te dejes vencer!!!
El ambiente en AQUALAB es muy bueno, en las mañanas hay sólo adultos, algunos preparándose para alguna competencia, otros haciendo rehabilitación y no era la única "grande" aprendiendo a nadar...no señor!, en la segunda clase, hubo una señora como de unos 50 y pico o quizá 60 años que ya iba en la clase de braceo y me dijo: "tú eres joven, vas a aprender rápido"; con los días, me di cuenta que eso no era cierto, que la edad no tiene nada que ver con aprender algo, sino la persistencia y las ganas que le pongas, depende de uno mismo vencer sus propios miedos y la mejor forma es enfrentándolos.
Me perdí de disfrutar muchas vacaciones de playa, de disfrutar de mis hijas, pues ellas si saben nadar; pero ahora ya no seré más la chica del borde de la piscina que toma las fotos...ahora a disfrutar!
Cuál es tu temor, te atreves a vencerlo?
Doris
El ambiente en AQUALAB es muy bueno, en las mañanas hay sólo adultos, algunos preparándose para alguna competencia, otros haciendo rehabilitación y no era la única "grande" aprendiendo a nadar...no señor!, en la segunda clase, hubo una señora como de unos 50 y pico o quizá 60 años que ya iba en la clase de braceo y me dijo: "tú eres joven, vas a aprender rápido"; con los días, me di cuenta que eso no era cierto, que la edad no tiene nada que ver con aprender algo, sino la persistencia y las ganas que le pongas, depende de uno mismo vencer sus propios miedos y la mejor forma es enfrentándolos.
Me perdí de disfrutar muchas vacaciones de playa, de disfrutar de mis hijas, pues ellas si saben nadar; pero ahora ya no seré más la chica del borde de la piscina que toma las fotos...ahora a disfrutar!
Cuál es tu temor, te atreves a vencerlo?
Doris
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