La escuela de mamá

Trujillo, un domingo cualquiera de 1977...
servido en la mesa, un rico Chambar preparado por mamá
 y yo en su regazo 

Hace unos días mi hermano comentaba, mamá nos enseñó a comer de todo, estoy sentado en un restaurante y me doy cuenta que puedo escoger cualquier cosa de esta lista y eso porque mamá nos hacía probar todo, si no te gustaba, bueno, no te gusta, pero al menos lo probaste y sabes de qué se trata y a qué sabe.

Mamá me enseñó a comer sano, ella todo lo hacía en casa, natural, sin preservantes, los jugos para la lonchera del colegio eran de fruta y me los enviaba en mi vaso de Basa transparente con tapa anaranjada, sancochaba el atún (el pescado) y lo desmenuzaba, nada de atún en lata; hervía la soya por horas, impregnando la casa de un olor, en ese entonces para nosotros, espantoso, todo para hacernos la leche más nutritiva que puede existir, de igual manera con la chicha morada y la mazamorra, nada de sobres; nos hacía las mermeladas de fresa y naranja más rica que jamás he vuelto a probar, se apuntó en un curso de panadería y nos hacía pan, kekes, tortas; las comidas siempre con verduras y nunca faltaba fruta en casa, ni en las loncheras; gaseosas?, sólo en el almuerzo del domingo que también lo cocinaba...nada de salir a la calle a comer, ni de delivery (además no existía el servicio); es por eso que yo esperaba con ansias una fiesta infantil para comer golosinas...jajajaja

Sin embargo, cuando uno empieza a dejar el nido, todo cambia, comes en la calle cualquier cosa y a cualquier hora, empiezas a salir con las amistades a comer y siempre la grasa y la chatarra, el organismo mismo va cambiando, la vida se vuelve más acelerada y empiezas a asumir responsabilidades y preocupaciones que hasta gastritis nos causan. Por otro lado, hoy en día todo lo tenemos a la mano, ya hecho, pre cocido, levantamos el teléfono y en minutos tenemos la comida en la puerta de la casa, sólo para servir (o repartir), nos volvimos "prácticos".

En mi primer embarazo, mi mamá me llevó a comprar pañales de tela...ella juraba que yo iba a pasarme horas lavando e hirviendo en tinas para blanquearlos....nooooo señora, discúlpeme pero ya estábamos a finales de los 90's y yo había escuchado que ahora los pañales son DES-CAR-TA-BLES...igual compré las telas para complacerla, pero sólo las usaba de solera para cambiar el pañal a mi hija, cuando iba de visita a casa de alguien. Finalmente ella lo entendió y nuevamente "aprendió a cambiar pañales"...antes no eran con pega-pega, era una cinta adhesiva que si los dedos los tenías con talco, se te arruinaba el adhesivo y luego se le andaba cayendo el pañal al bebé, así que era toda una ciencia cambiar pañales descartables...jajaja

Cuando era pequeña, sufría mucho de inflamación de las amígdalas y eso me provocaba fuertes dolores de oído, una vez, papá no estaba en casa y mamá no podía llevarme al médico; calentó en la cocina hojas de ruda, las colocó en un algodón haciéndolo bolitas y las introdujo en mis oídos, a los pocos minutos, me calmó el dolor, ese recuerdo lo tengo muy vivo en mi...cómo ella sabía que la ruda así me calmaría, no tengo idea, supongo que su madre lo hizo también.

El fin de semana, cuando no había clases, mamá empezaba a repartir las tareas de los quehaceres, sin distinción de que los hombres no hacen lo que hacen las chicas, naaaa...mis hermanos varones, cocinan, lavan, cosen su botón, solucionan las cosas de la casa (cambian focos, ponen el clavo para colgar el cuadro, etc) y son grandes papás. Yo siempre le corrí a la cocina, yo me levantaba y antes que mamá delegara las tareas, yo agarraba la escoba, trapo, cera y me encargaba todo el día de la limpieza...aunque algunos domingos no me libraba de la cocina, es que si o si tenía que aprender a cocinar; trataba de correrme de eso diciéndole a mi mamá que yo tendría casa con una muchacha que hiciera las cosas y me dijo: "así? y cómo le vas a dar las órdenes de cómo quieres las cosas si tú misma no sabes hacerlas?"...mi respuesta vino con los años, casada, con familia, con mi casa y una asistente: "tenías razón mamá, si no le digo a la muchacha cómo se hace el arroz con pollo, me hace risotto"....

No sé si ahora que soy esposa y mamá, que soy responsable de que la casa se mantenga en pie, tengo la misma sabiduría que ella tenía, mi esposo dice que siempre tengo la solución para todo, así que debo asumir que algo de sus conocimientos aprendí, pero ella lo sabía todo. Ya sea que te independizas a vivir solo o te casas y te vas de casa, siempre vas a llamar a mamá a consultarle algo, yo lo hacía todo el tiempo: "aló mami, cuánto tiempo dejo hervir los frijoles?"...."aló mami, no sé qué tiene la bb pero no se le quita el hipo"...".aló mami, qué talla de camisa es mi papá?"...y cuando el problema era más grave, iba a su casa, me sentaba con ella, le contaba y me disponía a escucharla, quizá no me daba la solución, pero el sólo escucharla, me abría la mente para encontrarla.

Por qué este post?, porque hoy a casi 4 meses de su partida, valoro más que nunca cada uno de los recuerdos que aquí he escrito, hoy, a pocos días de cumplir los 40 años, la entiendo mejor que nunca y eso me da paz; estas 2 últimas semanas fueron algo complicadas porque me tocaba tomar una decisión que podría cambiar el rumbo de mi vida, ese plan B, al que no queremos llegar. Estos días, la he extrañado más que nunca, he necesitado con casi desesperación su abrazo, le pedí me iluminara a encontrar la mejor solución y creo que ha sido ella la que me ha conducido a la salida de esta situación, la mejor salida que pude haber encontrado, para continuar en el camino del plan A, ese en el que tanto esmero vengo trabajando.

Quizá muchos no entendimos a nuestros padres, por qué me decía esas cosas que no van conmigo, qué anticuado, por qué me corrige tanto, qué fastidio!; si bien, muchos llegamos a comprender esas cosas recién cuando somos padres, su ausencia hace que valoremos aún más cada uno de esos detalles que antes, ni te detenías a pensar y que cuando hablas en silencio con ellos, sólo puedes sentir un enorme GRACIAS!

GRACIAS MAMÁ!

Doris