El ángel más bonito del cielo: MI MAMÁ!

A inicios de este año, una gran amiga perdió a su mamá, fui a acompañarla al velorio y luego al sepelio, ella estaba con el pesar de la pérdida, pero tranquila; sin embargo, veía en el rostro de su hermana menor, un dolor indescriptible y yo decía: “ si pues, debe ser muy doloroso perder a la mamá”.

Hace unos días perdí a mi madre y la verdad, es que lo que uno imagina no está ni cerca de lo que realmente se siente, no hay  abrazo ni palabra de consuelo que calme ese dolor, ese dolor indescriptible.

Mi esposo trata de consolarme en los momentos que la recuerdo y me dice: “yo sé, yo te entiendo”….y le digo que no, que ese dolor de la pérdida de un ser querido, hay que sentirlo para entenderlo.

Mi mami luchó 8 años contra el cáncer, las quimio a veces la debilitaban mucho 2 a 3 días, luego se comía su sudado de pescado y se aparecía en mi casa o en la de mis hermanos, sola, como si nada pasara, tuvo una fortaleza increíble para soportar 2 operaciones y todos los pinchazos de los análisis mensuales que le hacían, y aunque ella tenía mucha voluntad,  su cuerpo se cansó, ya no resistió más; el día anterior a su partida, ella estaba ya en cama mal y aún así, le dijo a mi hermano: “párame carajo”….ese día se levantó y almorzó con nosotros en el comedor, mi hermano hizo una broma, ella me miró y sonrió, con esa imagen me quedo, porque ella no me dejó llegar a despedirme, cuando me avisaron que se había puesto mal, salí con mi esposo en el carro y me tocó un tráfico inusual camino a su casa y todos…absolutamente todos los semáforos en rojo, nunca había demorado más de una hora en llegar a casa de mamá, NUNCA!; cuando llegué, ella ya se había ido….

Ésta pérdida me ha traído una serie de sentimientos encontrados, por un lado estoy tranquila porque ella ya no está sufriendo más con esta enfermedad, ya no más dolores ni pinchazos; por otro lado la extraño, ir a su casa y no encontrarla es duro, ya no poder abrazarla, oír su voz aunque sea por teléfono, ya no probaré más su deliciosa caigua rellena que hacía para mi porque sabía cuánto me gustaba. Pero también fluyen los remordimientos, y es que por más que me digan que fui una buena hija, que luché con ella, que la acompañé hasta el final….no me basta, no llena las veces que discutí con ella, que le contesté mal, que la preocupé porque me fui de fiesta y no llamé para avisarle, más aún, las veces que estando ya enferma, no la visité simplemente porque tenía ganas de quedarme en casa haciendo nada y ahora la imagino sentada en el sofá junto a la ventana esperándome….ahora, ya no tengo tiempo de pedirle perdón por todas esas cosas…

Aunque sé que ella está en un mejor lugar, que se fue en paz, que cumplió con su misión aquí en la tierra porque fue una buena mujer y excelente madre, la tristeza es enorme, yo entiendo que es todo un proceso el asimilar su ausencia, lo sé, pero por ahora, no puedo evitar recordarla sin derramar una lágrima; supongo que algún día, este dolor será menos y empezaré a recordarla con alegría, como ella era.

Madre mía, siéntete orgullosa del trabajo que hiciste, enseñaste a mucha gente a tener un oficio cuando fuiste a enseñar costura a la parroquia del barrio, eras la vecina que tenía el remedio para todo, fuiste la hija que a pesar de la distancia que te separaba con la abuela, estuviste con ella hasta en su último suspiro,  fuiste la tía que reemplazó a las tías que se fueron o que vivían lejos y ahora tus sobrinos te extrañan tanto como tus hijos, fuiste la esposa que quizá muchos hubieran querido tener, no sólo por bella, sino porque eras una mujer ejemplar y te dedicaste en cuerpo y alma a tu hogar; pero sobretodo, fuiste la madre que nos enseñó valores, que nos enseñó a agradecer, a soportar y vencer las adversidades, nos enseñaste desde cómo agarrar el lápiz, el cubierto, sentarnos y comer correctamente, comportarnos en casa ajena, saludar , a solucionar los problemas y a luchar por nuestros sueños intentando una y otra vez sin darnos por vencidos. Fuiste de las personas que pasan por este mundo dejando huella, ahora eres el ángel más bonito que hay en el cielo.

Sé que he recibido muchas bendiciones y estoy agradecida por ellas, pero Tú eres mi mayor gracias a la vida!

Gracias por tanto y perdóname por tan poco.

HASTA PRONTO MAMÁ!