CHICAGO: La Ciudad de los Vientos
Me habían hablado tanto de esta ciudad, que ya casi
sentía conocerla, pero estando ahí….wow, qué hermosa ciudad!
La visité con mi esposo en Abril, nuestros cumpleaños y
la transición entre el otoño y primavera, así que tuvimos días que empezaban
con 11°C, subía a 18°C y podía bajar hasta los 4°C…brrrr….y bueno, descubrí
porque le dicen “La Ciudad de los Vientos”, ni te preocupes en andar bien
peinada, es tan normal tener los cabellos en la cara…jajajaja
A ponerse algo ligero por debajo y un buen abrigo encima
antes de empezar esta nueva aventura.
El primer lugar para visitar fue el Jhon Hancock Center,
un edificio en el centro de la ciudad de 100 pisos con un observatorio de 360°
en el piso 98, desde donde se pueden divisar hasta 4 estados, Illinois,
Michigan, Indiana y Wisconsin y la mejor
vista del Lago Michigan. Tiene una sencilla cafetería, pero por supuesto la
vista lo es todo.
Como buenos salseros, no podíamos dejar de asistir a un
recital de salsa en un típico bar de la ciudad, esa noche se presentó el
maestro, Eddie Palmieri y esta foto va con cariño a muchos salseros que se, me
siguen.
La mejor manera de conocer una ciudad es caminando, a
ponerse zapatillas cómodas para ver las maravillas a lo largo de Michigan Av.,
una amplia avenida comercial, que recorre todo el centro de la ciudad. En
esta avenida se encuentran todas las tiendas de reconocidas marcas, tiendas por
departamentos, restaurantes, bancos, etc; era época de tulipanes y toda la avenida estaba
llena de éstos; cruzar por uno de los puentes que atraviesa el Chicago River,
para llegar finalmente al Millennium Park, un parque de 10 hectáreas, donde primero ves un
enorme auditorio al aire libre, el Jay Pritzker, donde me cuentan, se hacen
grandes conciertos. Tiene una hermosa pileta, 3 jardines y al centro del parque
te encuentras con una escultura algo extraña, le llaman “The Cloud Gate”, los
latinos le llaman “El Frijol Gigante”, miren la quinta foto abajo y sabrán por qué;
aquí te puedes pasar horas descansando y mirando la arquitectura de la ciudad,
o como mucha gente, sacando fotos graciosas en el espejo gigante, yo aproveché en retocar mi maquillaje...jajaja
Otra manera de conocer la ciudad es a través del río o el
Chicago River, desde uno de los muelles, salen a ciertas horas botes para
turistas con guías, que te narran la historia de la ciudad y de algunos edificios. Desde aquí puedes ver los puentes de acero macizo que
atraviesan el río y cómo se combinan la arquitectura antigua con la moderna;
edificios levantados en 1,800, los modernos con sus fachadas de espejos y hasta algunos
raros como los “Corn Cob”, o sea, “los choclos”.
Una de las atracciones que más lindos recuerdos me dejó
esta visita, fue el Navy Pier Park, una parque con todo lo típico; para empezar
The Ferris Wheel o Rueda de Chicago…en Chicago…obvio…sillas voladoras,
carrusel, máquinas de pop corn, algodón de dulce…bueno ok, también hay bares,
restaurantes, tiendas, pero la zona del parque y hasta la boletería, me hacían recordar la película “GREASE”…todo muy norteamericano. La rueda es
muy alta, cuando la cabina esta en lo más alto, llegas a ver buena parte de la
ciudad, pueden informarse más de este divertido lugar aquí.
Siguiendo por la avenida que bordea la orilla del Lago Michigan (en
auto) llegas al otro lado, desde donde se ve la silueta de la ciudad y tiene
hasta graderías para que la gente se siente ahí a morirse de frío…jajaja…la
verdad, tomé las fotos y me fui al hotel porque esa noche bajó mucho la
temperatura.
Antes de regresar, nos invitaron a un lugar llamado
Schamburg, a una hora aproximadamente de la ciudad, le dicen los suburbios y
por el contrario de lo que pudiera pensar es un lugar apacible, con casitas
lindas y todo lo necesario para no tener que ir hasta el centro, eso si, quien no tiene auto, no sé cómo se movilizan porque no vi ni un bus, pero me encantó el lugar.
Y así termina una nueva aventura...ya sueno a Gulliver...jajaja, espero les haya gustado y se animen a conocer esta linda ciudad, "La Ciudad de los Vientos"...ah! ni se preocupen si se olvidan el peine...jajaja
Hasta un próximo destino!
Doris
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